El artista holandés Constant se definía a sí mismo como provocador por encima de todo, y repetía que el inmenso proyecto de la ciudad de Nueva Babilonia, en el que estuvo ocupado casi veinte años, y que está compuesto por innumerables dibujos, pinturas, fotomontajes y espectaculares maquetas, no era más que un conjunto de sugerencias, un marco desde el que pensar nuevos espacios vitales y nuevas formas de vivir.
Esta última idea fue nuestro punto de partida para realizar una serie de visitas a la exposición “Constant. Nueva Babilonia”, que ha tenido lugar en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía hasta el pasado 29 de febrero. La propuesta se enmarcaba dentro del programa “Pensando la ciudad desde el arte”, una de las líneas de trabajo de La Liminal, que se traduce en la búsqueda de lugares de encuentro desde los que reflexionar sobre los espacios que habitamos a partir de propuestas lanzadas desde las prácticas artísticas.
A lo largo de un mes recorrimos la exposición acompañadas de grupos que aportaron numerosas ideas desde muy distintas posiciones, ya que contamos con las perspectivas de, entre otrxs, arquitectxs, psicólogxs, filósofxs, artistas, matemáticxs, urbanistas, historiadorxs, sociólogxs, periodistas, psiquiatras o mediadorxs culturales, lo que compuso un mapa plural de miradas al proyecto de Nueva Babilonia del que dejamos algunas trazas en esta memoria.
En la trayectoria de Constant fue fundamental su estancia en la localidad italiana de Alba y el encuentro con el colectivo gitano que acampaba en las tierras de su amigo Giuseppe Pinot-Gallizio. Gallizio había ofrecido su terreno a los gitanos después de que las autoridades locales les prohibieran alojarse en el mercado, un suceso que recordó a varios participantes el inicio del comic “El secreto de la Castafiore”. Para aquellos gitanos de Alba Constant diseñó un campamento tras el que dio el salto definitivo a la conceptualización de Nueva Babilonia.
Desde este punto de la exposición, y en todas las visitas, las alusiones a trabajos del comic o el cine se sucedieron al hilo del diseño de Nueva Babilonia, pues sus espacios, propuestos desde las maquetas como estructuras metálicas, recordaron a muchxs distintos escenarios futuristas del cine de ciencia ficción como Metrópolis, Blade Runner o Mad Max. De hecho, en la conceptualización de su proyecto, Constant se vale de la ciencia-ficción para proyectar otro mundo reformulado tras un desarrollo extremo de la tecnología. Claramente en su caso, el progreso tecnológico se entendía como un camino ascendente que llevaría a una mejora total de las condiciones de vida humanas, sin embargo, durante los debates la visión distópica del proyecto apareció en varias ocasiones por diferentes motivos que iremos comentando.
Para el diseño de Nueva Babilonia Constant contó con la colaboración de distintos arquitectos y, a pesar de no haberse formado como tal, a lo largo de los años consiguió alcanzar un profundo conocimiento del campo. De hecho, los diseños de las maquetas llevaron a los participantes – tuvimos la suerte de contar con muchxs arquitectxs en las visitas - a sugerir múltiples referencias a distintos proyectos arquitectónicos.
Constant concibió Nueva Babilonia como una macroestructura modular compuesta por distintos sectores que se superpondrían sobre el territorio, y a pesar de que su objetivo último era confrontar de forma radical los dictados del funcionalismo que en esos años se extendía por Europa, algunos de los recursos y elementos utilizados recordaron a proyectos vinculados con esta corriente. Empezando por una de sus figuras clave, Le Corbusier, quien estableció la construcción elevada sobre pilotes, o siguiendo por proyectos que continúan estas mismas líneas como el de la construcción modular para la Bahía de Tokio
de Kenzo Tange.
También se mencionaron otras propuestas contemporáneas en las que se utiliza la elevación de plataformas para generar espacios paralelos de recreo, como el High Line Park, un parque realizado sobre una antigua línea de ferrocarril en Nueva York e inaugurado en 2014.
La alusión a Le Corbusier, en cualquier caso, ponía sobre la mesa una de las cuestiones centrales de la exposición: la crítica al racionalismo en la configuración de las ciudades propuesta por Constant y también desde el Situacionismo. Sobre este tema, Íñigo Lorente, arquitecto inmerso en su tesis doctoral sobre urbanismo, nos facilitó grandes referencias. Desde su fantástico análisis sobre los sistemas de control en el diseño de las ciudades, a un artículo de referencia para la crítica al racionalismo urbano, “La ciudad no es un árbol” de Cristopher Alexander.
Siguiendo las críticas al urbanismo contemporáneo, hablamos con Arnau y Lola de Rem Koolhass Oma, arquitecto influido por los diseños de Constant que escribe “Delirious New York”, un ensayo crítico sobre la sociedad actual con Manhattan como escenario.
Como no, también salieron numerosas alusiones a otros proyectos teóricos de arquitectura utópica. Una referencia contante en todas las visitas fueron las utopías urbanas de Archigram, grupo de arquitectura coetáneo de Constant, que durante los años 60 desarrollaron proyectos teóricos de arquitectura futurista, con un foco también en la tecnología pero una carga social y política muy distinta a la de el artista holandés.
Mas cercanos al proyecto de Nueva Babilonia, al basarse en nociones de experimentación lúdica del espacio y flexibilidad de los lugares para ser adaptados a los usos de sus habitantes, salieron referencias a proyectos como la “Ville Spatiale” de Yona Friedman, también concebido como una megaestructura superpuesta sobre ciudades existentes, y diseñada para ser reconfigurada con su uso social; o el proyecto “Fun Palace” de Cedric Price, desarrollado sobre las mismas bases.
Cerramos este primer apartado sobre los recorridos de Constant con la fantástica aportación de otro de los participantes: la alusión a las Cárceles de Piranesi por la similitud formal con las microestructuras de Nueva Babilonia, un trabajo de referencia fundamental como propuesta arquitectónica, elaborada desde lo artístico, que privilegia la imaginación y que propone una configuración laberíntica del espacio, dos pilares del proyecto de Nueva Babilonia que seguiremos comentando en una próxima publicación.
Los debates de estos días han sido intensos y bien interesantes, así que todavía seguimos digiriendo todo lo recogido este mes, pero en breve publicaremos una segunda parte en la que os hablaremos de las reflexiones planteadas desde el punto de vista de los usos sociales del espacio urbano.
Hasta entonces seguimos explorando estos temas, por lo que si quieres compartir cualquier cosa con nosotras al hilo de todo esto escríbenos a colectivolaliminal@gmail.com