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Memoria de los recorridos por el barrio de Pacífico

Tras varios meses dándole vueltas a un proyecto en el que queríamos combinar mediación cultural, ciudad, recorridos urbanos y perspectiva de género, el colectivo La Liminal nació oficialmente en noviembre de 2015 ofreciendo su primer recorrido en el marco del festival de arte contemporáneo Se Alquila, celebrado en los cuarteles de Daoíz y Velarde del barrio de Pacífico.

Siguiendo el interés del festival de desarrollar sus actividades en el entorno del barrio en el que tiene lugar, propusimos una ruta por Pacífico, estructurada en dos tiempos, que iba desde la zona más monumental e histórica hasta los acontecimientos de máxima actualidad del barrio. Esto nos permitió también apreciar la segregación espacial que sitúa en el centro histórico lo monumental y deja la periferia para otros usos.

El recorrido comenzaba en el Panteón de Hombres Ilustres, monumento cuyo nombre lo dice todo, ya que nos habla de una concepción de la excelencia como una cualidad netamente masculina. En este espacio reflexionamos juntas sobre el uso de la imagen femenina, o sobre la importancia del lenguaje. Nos quedamos con la aportación de una de las asistentes que, cuando comentábamos que el Panteón está dedicado a los hombres públicos, añadió “un hombre público es un hombre de relevancia pública, sin embargo una mujer pública es una mujer de uso público”.

Seguimos hablando sobre las personalidades y los valores que se resaltan en el espacio público a través de placas conmemorativas de la Basílica de Atocha y desde ahí nos fuimos acercando a uno de los temas cruciales de la visita: el trabajo femenino, que tratamos especialmente en la Real Fábrica de Tapices.

Con la incorporación de la mujer al trabajo el terreno doméstico se queda desierto, y esta entrada en la esfera pública traerá nuevas cuestiones, pues ¿quién se hace cargo de la crianza y educación de hijos e hijas entonces?

En directa conexión con esto estuvimos hablando de educación, así como de la importancia de la aparición de escuelas que ofrecían este servicio de forma pública, pero también se compartieron valoraciones críticas sobre este sistema como estrategia de adoctrinamiento. Fue emocionante compartir memorias en torno a la educación durante el franquismo, que algunas contaron en primera persona y otras a través de historias narradas por familiares cercanos.

El segundo tiempo del recorrido nos metió de lleno en la crítica a la urbe actual y a la idea de ciudad máquina, productiva y capitalista. Algunas compartieron las dificultades que esta concepción de ciudad les plantea: cómo dificulta las tareas de cuidado y crianza, cómo rompe los lazos comunitarios tradicionales, cómo nos obliga a transitar como autómatas…

También algunas de las asistentes compartieron información sobre el barrio que desconocíamos, como por ejemplo el perfil poblacional en los años 80 y el progresivo abandono de la zona sufrido en aquellos años.

Pero no podíamos entender el alma del barrio sin acercarnos a sus orígenes, o a lo que queda de ellos. Apenas tres o cuatro casas bajas dejan testimonio de lo que fueron las primeras construcciones de Pacífico, toda una barriada de casas para obreros. En este caso no encontramos ninguna señal pública que nos indique que es un lugar digno de memoria, pero por suerte contamos con vecinas de barrio en varias sesiones que nos contaron cómo lucía esta calle décadas atrás, cuando todo eran casas bajas, y cómo en los últimos tiempos se había acelerado su transformación. No olvidemos que hoy en día Pacífico es un barrio muy bien situado y por tanto su suelo está muy cotizado.

Este acercamiento a la historia y la actualidad del barrio terminaban con el colofón de los cuarteles de Daoíz y Velarde. Allí estuvimos compartiendo historias sobre la lucha, de casi 30 años, de los vecinos de Pacífico para salvar estas construcciones y conseguir su participación en la gestión de los mismos. Esto nos permitió hablar de cómo los distintos poderes se apropian del espacio público y nos privan de él, así como también de las recientes movilizaciones de resistencia y las victorias conseguidas por los vecinos de Pacífico con los cuarteles, que son la viva imagen de que las luchas vecinales pueden conseguir la recuperación de los espacios públicos para el uso de la ciudadanía.

A pesar del frío de esos días recorrimos las calles, charlamos y compartimos entre todas conocimientos e ideas, reflexionando en colectivo sobre el concepto de lo público, cuestionándolo desde uno de sus principales escenarios: el espacio urbano, y activando miradas críticas que, desde una perspectiva de genero, desvelaban cómo las ciudades expulsan la diferencia de sus espacios.

Gracias por compartir esta experiencia con nosotras y por transmitirnos toda vuestra energía. ¡Seguimos!

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